lunes, 18 de abril de 2011

LA SEMANA SANTA

Elevemos los ojos, ante todo, hacia El que cuelga de la Cruz y preguntémonos: ¿quién es éste que sufre? Es el Hijo de Dios: hombre verdadero, pero también Dios verdadero, como sabemos por los Símbolos de la fe. Por ejemplo el de Nicea lo proclama 'Dios verdadero de Dios verdadero... que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajo del cielo, se encarnó y padeció' (DS, 125. El Concilio de Éfeso, por su parte, precisa que 'el Verbo de Dios sufrió en la carne' (DS. 263) - (Papa Juan Pablo II).




El Padre del cielo, en su infinita misericordia, quizo que pudieramos ser salvados y redimidos a pesar de nuestra debilidad y miseria. El sacrifico de su hijo amado por nosotros demuestran su amor infinito.
Vivamos esta semana con reflexión y gratitud hacia aquel que entregó todo por nuestra salvación.

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